¿Qué hacemos con el alcohol?

Ante todo tengamos en claro que cualquier beneficio o nutriente que pudiera tener alguna bebida alcohólica se ve eclipsado justamente por el contenido de alcohol. Por eso la idea no es promover el consumo sino tener un poco más de información para minimizar el daño que nos produce y quizás aprovechar lo poco positivo que pueden llegar a aportar estas bebidas.

La mayor parte del alcohol que consumimos se procesa o destruye en el hígado, lo que no puede ser metabolizado se elimina por la orina luego de la filtración de los riñones y una pequeña parte por la exhalación o la sudoración. Al no ser procesado como un carbohidrato no nos genera picos de insulina.

El alcohol aporta 7 calorías por gramo a nuestro cuerpo, los hidratos de carbono y las proteínas aportan 4, mientras 9 aportan las grasas (de aquí el miedo infundado a las grasas); pero a diferencia de estos tres, el alcohol no aporta ningún nutriente, por lo que son consideradas calorías vacías. Nuestro cuerpo lo percibe como una toxina priorizando su procesamiento llegando a inhibir hasta más del 90% del metabolismo de los otros macronutrientes. Y para colmo de males, promueve la deshidratación, y sin agua nuestro cuerpo no es capaz de realizar varias de las reacciones químicas habituales.

“…Cuando leí todos los problemas ocasionados por el alcohol, dejé de leer… ” Henny Youngman.

Pasando en limpio, si estamos consumiendo mucho alcohol no vamos a poder quemar mucha grasa corporal, principalmente por la cantidad de calorías vacías que ingerimos y por las interferencias generadas con el metabolismo del glucógeno o la grasa almacenada. Sin embargo, el consumo moderado presenta efectos negativos ligeros (no se puede decir lo mismo del consumo elevado). El tema es ¿a qué llamamos moderado? Según la OMS un consumo moderado son 30g de alcohol en hombres y 20 g en mujeres. Es decir un trago de vez en cuando podemos disfrutar, sobre todo en esos momentos donde es necesario realizar un brindis por nuestros logros.

De esta manera, bebidas moderadamente podemos armar un “ranking “ de bebidas alcohólicas menos nocivas:

El vino, se puede considerar sin dudarlo como el menos nocivo. Un vino promedio tiene una graduación alcohólica de 12,5% por lo tanto cada 100 ml tendremos 10 g de alcohol, la cantidad de carbohidratos ronda en 2-3 gramos, casi no tienen aditivos y su alto contenido de flavonoides tienen propiedades antioxidantes. Las diferencias entre tinto y blanco son la mayores propiedades antioxidantes del tinto por sobre el blanco.
El whisky, coñac, brandy o licores destilados, estas bebidas también pueden considerarse a la hora de brindar, pero la graduación supera el 35% por lo tanto en 100 ml tendremos mínimo 35 g de alcohol (pasado del umbral de moderado) por lo tanto deberíamos tomar menos cantidad, por contraparte cuando son de buena calidad y se han dejado reposar en barriles de madera la cantidad de polifenoles (ácido elágico) tienen propiedades antioxidantes mayores a la del vino.

Los tragos y los cocteles, realmente debemos evitarlos. Estos preparados con azúcar, gaseosas y energizantes sólo llevan al interior de nuestro cuerpo lo peor de los dos mundos, miles de calorías, muchos ultraprocesados y las consecuencias del alcohol.

La cerveza.
De esta bebida hablaremos un poco más primero porque ha habido una campaña a favor del consumo de cerveza como bebida de reposición, esas que se utilizan para después de entrenar (si sos asiduo a mi blog sabrás que nada mejor que el agua) y segundo porque es mi favorita.

“…Cerveza la causa y la solución a todos los problemas…” Homero Simpson.

A diferencia del vino tiene el triple de hidratos de carbono pese a que ambas son bebidas fermentadas (no destiladas) y poseen cantidades similares de antioxidantes y vitaminas. Además junto a la presencia del gluten la hace menos recomendable que las dos anteriores. Su graduación alcohólica en promedio es de 5% o sea 4 g de alcohol por 100 ml (al menos una buena, podemos tomar un poco más).
Calóricamente se puede decir que una cerveza no es una bebida calórica, entre 120 y 170 calorías por vaso. Pero la realidad es que el entorno que rodea a la cerveza no promueve tomar un vaso y punto, generalmente se consume en fiestas o cuando se sale a comer afuera, definitivamente esos momentos de comidas más calóricas, más alta en azúcares, harinas y productos refinados (los ultraprocesados).

Conclusión final
Estudios y revisiones sitemáticas como (este realizadas en 2018) arrojan como conclusión, que: “ Cuanto mayor consumo de alcohol, mayor mortalidad por todas las causas y por diversos tipos de cáncer. El consumo del mismo que minimiza los riesgos es cero.”
Ninguna bebida con mas de 1,2% de graduación alcohólica puede considerarse como saludable. Pero tomar un trago de vez en cuando no será tan perjudicial para nuestros objetivos, es más en ocasiones quizás pueda llegar a ser beneficioso psicológicamente, siempre y cuando no superemos el umbral de moderado.

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