Hormonas. Los mensajeros corporales.

¿Quién no conoce alguien que durante años come día a día como si fuera a acabarse el mundo, y sin embargo no aumenta de peso? Por el contrario, también conocemos a esos individuos que con sólo pensar en comida se les abulta el estómago y acumulan grasa como si se aproximará una hambruna mundial. ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué tanta disparidad entra ambos? La gran diferencia entre uno y otro son sus hormonas.

La información viaja a través de nuestro cuerpo por medio de mensajeros químicos, nuestras hormonas. La forma en la que quemamos grasa, generamos músculos, pensamos, nos reproducimos, envejecemos y un montón de cosas más; está controlado por la comunicación hormonal. Cada hormona actúa de manera específica en cada célula de nuestro cuerpo y la interacción se realiza con moléculas específicas llamadas receptores. Es decir, cada hormona se corresponde con un receptor como si fuese una llave (hormona) y una cerradura (receptor).

En este artículo nos focalizaremos de una manera simplificada para tratar de entender la importancia de mantener equilibradas las hormonas más implicadas en la composición corporal, el metabolismo y el apetito; logrando mantener una buena salud.

La leptina

Esta hormona tiene entre otras, la función de regular el apetito y el gasto calórico. Nos indica cuantas reservas de energía tienen nuestro cuerpo en forma de grasa. Es segregada (en mayor volumen) por las células grasas al sistema nervioso central y actúa con los receptores para regular el apetito y el metabolismo (el gasto energético). Cuando el nivel de grasa acumulada es suficiente, se libera esta hormona indicándole al cerebro que disminuya el apetito. Por el contrario, si durante un tiempo largo no recibimos la suficiente cantidad de energía, la leptina notifica a la tiroides que debe disminuir la tasa metabólica basal, y comenzar el ahorro de energía para sobrevivir; es por esto que las dietas muy bajas en calorías al principio funcionan y luego se estancan.

La grelina

Esta hormona es la responsable de avisar que tenemos hambre o que nos falta energía. Nos hace aumentar la ingesta y aumentar la masa adiposa. Es producida en el estómago y páncreas. Si bien la leptina participa en la regulación del apetito general, no pesa tanto a la hora avisar cuando comer una comida en concreto y cuando volveremos a sentir hambre nuevamente. El estrés y la falta de sueño pueden alterar los niveles de grelina y aumentar la sensación de hambre.

El péptido YY  (también conocido como PYY)

Otra de las hormonas segregadas en el sistema digestivo encargada de avisar cuando debemos dejar de comer, que pesan más en una comida concreta al igual que la grelina. El PYY nos reduce el apetito y promueve la sensibilidad a la leptina. Las proteínas estimulan una mayor secreción de esta hormona que las grasas y a su vez estas últimas más que los carbohidratos, es por esto que las proteínas son más saciantes que las los carbohidratos.

La insulina

Tiene el rol fundamental de regular la glucosa en la sangre, además de la grasa corporal y el envejecimiento. Es la encargada de almacenar y llevar los nutrientes (glucógeno) a las células, sobre todo a los músculos y el hígado. Cuando estos no pueden absorber más glucógeno, la insulina se encarga de guardar lo excedente en forma de grasa. El páncreas es el encargado de liberarla al elevarse los niveles de glucosa y aminoácidos en sangre.

El glucagón

Es la hormona complementaria a la insulina; esta promueve la liberación de la energía desde el hígado, los músculos y la grasa acumulada (proceso de lipolisis). La secreción es estimulada por la disminución de la glucosa en la sangre; o sea cuando requerimos energía para realizar alguna actividad física o porque estamos en ayunas por mucho tiempo. Cuando el nivel de insulina en sangre es alto se inhibe la liberación. Sin embargo al bajar los niveles de insulina, esta y otras hormonas encargadas de la extracción de energía pueden trabajar tranquilamente.

El cortisol

Su principal tarea es prepararnos para una situación de alerta, para escapar o luchar o una actividad física excesiva. Es por esto que se la denomina la hormona del estrés. Además de estas situaciones, un estrés psicológico, un descanso insuficiente y los picos de descenso de glucosa en sangre promueven la liberación. El cortisol eleva los niveles de glucosa en sangre como respuesta a este estado de alerta. Un nivel alto de la misma reduce la sensibilidad a la insulina, disminuye la formación de masa ósea y promueve la generación de glucosa mediante proteínas disminuyendo la musculatura, el colágeno de la piel y otros tejidos conectivos; reduce la actividad del sistema inmunológico y aumenta la presión sanguínea. A pesar de todo esto, no hay que temerle, su función es para sobrevivir ante peligros, tiene propiedades antiinflamatorias, por eso mejor mantenerlas en niveles normales, KEEP CALM.

Factor de crecimiento insulinoide (IGF-1).

El IGF-1 de crecimiento promueve la recuperación física, y tiene efecto anabólicos en los adultos, mientras en los niños es fundamental para el crecimiento. Un IGF-1 bajo promueve un mantenimiento celular y resistencia al estrés; mientras que un nivel alto aumentan las probabilidades de cáncer y aceleran el envejecimiento.

La Testosterona

Esta hormona sexual se encuentra en mayor volumen en los hombres, aunque en las mujeres también está presente y tiene vital importancia. En los hombres desarrolla un papel clave para el desarrollo de los órganos sexuales. Es una hormona anabólica, ya que promueve el crecimiento de masa ósea y muscular. Desarrolla fuerza, estimula el crecimiento longitudinal y la maduración ósea.

La forma en que vivimos, lo que comemos, el tiempo que dormimos y el estrés constante está fuertemente relacionado con nuestro (des-)equilibrio hormonal. Entender cuál es la función de cada una de ellas y como nos afectan los diferentes factores externos, sin lugar a dudas nos ayudará a mejorar nuestra salud. En próximos posteos veremos cómo se produce el desequilibrio mas normal y que podemos hacer para comenzar a reparar los daños causados.

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