“Los pies son la base de todo nuestro cuerpo” esta una frase muy popular entre la población urbana (sobretodo en el Nike store, de la boca de un vendedor). Pero realmente en las últimas décadas la confusión acerca de cómo cuidar nuestros pies fue tergiversado por miles de publicidades engañosas que apuntan a vendernos zapatitos de todo tipo, generando una población desinformada con los pies esclavizados.
Ya sabemos que los seres humanos somos producto de una larga evolución, hoy en día somos animales únicos, no existe otro ser vivo en el planeta bípedo, y con la capacidad de caminar erguidos sólo sobre dos pies. Esto que parece simple para nosotros, realmente es mega complicado, de otra forma habría otras especies capaces de hacerlo, y los pies son uno de los principales responsables de la ejecución de esta acción de manera adecuada. Son la única parte de todo nuestro cuerpo que permanece en contacto con el suelo (bajémonos de esa cámara de aire) mientras nos desplazamos por el mundo. La planta del pie es una de las partes de cuerpo con mayor densidad de terminaciones nerviosas encargadas de liberar información vital hacia nuestro cerebro sobre lo que sucede en el terreno. Gracias a ello podemos ejecutar una serie movimientos complejos de manera sencilla, como por ejemplo balancearnos en un solo pie, tarea que envuelve un entramado de señales viajando entre articulaciones y músculos con el objetivo de mantenernos lejos de una caída.
Nuestros pies poseen el 25% de los huesos del cuerpo, una compleja matriz conformada de tendones, ligamentos, músculos y fascia. Esta grandiosa obra ingenieril se mueve de manera tal que es capaz de absorber una fuerza del doble del peso de nuestro cuerpo, ejercida mientras caminamos y cuatro veces mientras corremos, aliviando de esta manera a la rodilla, la columna y la caja torácica.
Al igual que el resto de los animales evolucionamos descalzos durante millones de años; y hace poco tiempo evolutivamente hablando introdujimos el calzado, algo tan cómodo como anormal pero a la vez responsable de la muerte lenta de nuestros pies. El impresionante trabajo hecho por la industria del calzado lavando cerebros nos hizo creer que debíamos usar zapatillas de correr todo el tiempo, inclusive en nuestras casas; que un calzado cómodo era un calzado saludable, que tener amortiguación nos beneficiaría del doloroso impacto contra el suelo y que la sujeción evitaría la inestabilidad. Nada más alejado de la realidad, el calzado deformó nuestros pies, redujo la separación entre los dedos disminuyendo la estabilidad de nuestra base, nuestros músculos se fueron atrofiando, la fascia se volvió más rígida, el arco se fue debilitando.

Mientras más amortiguación tenga nuestro zapato más estabilidad le quitamos a nuestros pies; la altura del taco (drop) genera acortamientos de toda la musculatura posterior de la pierna, entre ellos nuestro envidiado por el resto de los animales, tendón de Aquiles, el más fuerte y grueso del cuerpo. Este poderoso tendón capaz de almacenar energía elástica liberándola en cada zancada ahorrando energía, fue una de nuestras armas evolutivas fundamentales, nos permitió pasar de herbívoros a cazadores dando lugar al desarrollo de nuestro sofisticado cerebro. Las plantillas (generalmente más duras de lo necesario) interfieren con la movilidad, estropeando nuestro sistema de amortiguación natural, el arco del pie, compuesto por una docena de ligamentos y cuatro capas de músculos. Los tacos de los zapatos, llevan el peso del cuerpo hacia la zona de los dedos generando compensaciones hacia arriba, pelvis rotada, hiperextensión lumbar, cuello adelantado.

Finalmente es verdad, nuestros pies son nuestra base, y si no nos dan un buen soporte todo nuestro cuerpo lo sufre. Es así como aparecen lesiones que se originan por problemas en los pies. Pies planos se asocian con genu (rodilla) valgo, o sea rodillas en X que van hacia adentro; espaldas cifótica, echadas hacia adelante; cansancio crónico y pesadez en las piernas, debido a tensión muscular en el gemelo, pantorrilla y zona interna de la pierna. Por el contrario, pies cavos, con arco mayor al normal, donde apoyan solo la parte trasera y delantera del pie, (en un pie normal además debería apoyar la parte lateral externa), generan inestabilidades que derivan en frecuentes esguinces de tobillos y lesiones a nivel de cartílago en las rodillas como condropatias. La fascitis plantar crónica, dolor provocado por la inflamación de la fascia que se inserta en el calcáneo o metatarsalgia, dolores en la zona delantera del pie, terminan fracturas.
Todas las inserciones de músculos de las piernas terminan en el pie. Por lo tanto mantener la buena biomecánica es un pilar para mantener una buena salud en general.