Dale más movimiento a tu vida

En el post pasado prometí que contaría como empezar a andar el camino hacia una vida más FIT. (sí aún no leíste el post y querés saber de que se trata estar FIT esta es una buena oportunidad para hacerlo click aquí). Llevar una vida saludable y plena, no tiene por qué ser un esfuerzo constante, pero para lograrlo debemos tomar conciencia de lo que nos está sucediendo para poder cambiarlo.

Aceptar nuestra condición de humanos es el primer paso. Por más tonta que suene la frase, ¿cuántas veces realmente te pusiste a pensar en esto?¿Qué soy? Mientras más nos acerquemos a nuestra naturaleza, llevar una vida sin complicaciones con bienestar físico, mental y emocional, se tornará más fácil. Llegamos a este presente producto de millones de años de evolución; acabamos siendo máquinas biológicas con 206 huesos y 650 músculos interconectados con tendones y ligamentos, diseñados (entre otras cosas) para MOVERNOS.

“El movimiento es causa de toda la vida” Leonardo Da Vinci

¿Te queda alguna duda? Miremos un ratito a los bebes y niños; y notaremos que por naturaleza se mueven, inclusive desde muy chiquitos. Los recién nacidos son capaces de reptar hasta el pecho de sus madres para buscar alimentos. Yo lo viví con mi hija, que con pocos meses ya rodaba por toda la cama. Sin embargo, con la ausencia de nobles motivos para movernos; como cazar o recolectar nuestra cena, encontrar nuevos refugios o huir de enemigos; tendemos a quedarnos estáticos.

Desde que empezamos este proceso de dejar el salvajismo hacia civilización, el movimiento pasó de ser una necesidad a una decisión individual. Para movernos debemos querer, sentir la obligación o la imposición de hacerlo. Prolongar esta decisión todos los días y durante el tiempo suficiente nos hará crear ese hábito el cual debemos alimentarlo de por vida, si lo que queremos es escapar de los perjuicios del sedentarismo.

Si de por sí ya es difícil que decidamos movernos; resulta aún más desafiante tomar la decisión de movernos con vigor, intensidad y complejidad; lo que hoy en día llamamos entrenar. Algo que tampoco resolvería el problema, ¿Cuánto tiempo podrías entrenar? ¿Tres horas con todo el esmero? De sedentario pasaríamos a ser sedentarios que nos movemos. Es por esto que la mejor forma de comenzar a entrenar, paradójicamente es “sin entrenar”, haciendo algunos pequeños cambios que agreguen movimiento a nuestras tareas cotidianas.

“El cambio se produce a través del movimiento y el movimiento cura” Joseph Pilates

Te contaré a modo de ejemplo algunos pequeños “no entrenamientos” que he ido agregando a mi vida diaria. Quizás puedas usarlos o adaptarlos a la tuya.

  • Como pasaba mucho tiempo sentando, entre trabajo, auto y horas de televisión. Decidí levantarme más seguido de mi asiento; por ejemplo cuando me toca trabajar frente a la computadora, cada cuarenta minutos (aproximadamente) me levanto a caminar un poco o simplemente me estiro en el lugar, durante al menos dos minutos para luego volver y continuar con mis tareas. Si tenés un trabajo que no requiera pasar mucho tiempo sentado, mejor aún.
  • Camino un poco más, si tuviera la posibilidad de caminar hasta el trabajo o ir en bicicleta, sería ideal (si vos lo tenés, animate); pero lamentablemente no es mi caso. Fue por eso que decidí ir a pie a hacer las compras diarias o simplemente dar un paseo con Olivia. Salir a caminar con tu pareja o pasear al perro serían buenas alternativas si no tenés hijos.
  • Uso las escaleras cada vez tengo la opción de elegir frente ascensor o escaleras mecánicas. Si vivís en un piso veinte, podes empezar por subir algunos pisos por escalera para tomar el ascensor hasta tu destino.
  • A la hora de mirar televisión, series o películas en el sofá, voy modificando la postura. Por ejemplo, de sentado paso a cruzar una pierna por arriba de la otra, recoger una o las dos piernas o me acuesto.
  • Bailar es una gran opción, como no lo sé hacer del todo bien, sólo pongo música en casa y me muevo como me salga. Si tenés alguna noción, nada mejor que hacerlo día a día y de paso mejoras la técnica.  
  • Y por último, lo que más me obliga a moverme y lo que más disfruto es jugar con Olivia. Mi hija me obliga literalmente a vivir corriendo atrás de ella, sobre todo ahora que se encuentra dando sus primeros pasos. Si no tienes hijos, siempre hay un sobrino o algún hijo de amigo que te pueda ayudar a moverte, probalo y vas a ver que es realmente divertido.
Un día de “no entrenamiento”

La idea es no quedarnos estático por mucho tiempo. Usando un poco la imaginación para agregar movimiento al día a día y de a poco nuestras articulaciones irán lubricándose y cuando sin darnos cuenta estaremos disfrutando los beneficios de una vida en movimiento.

¿Vos tenés alguna idea para moverte más? Contame.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *